Sandra Ramajo: «El fútbol femenino de Irun debería unificarse para ser más potente»

FUTFEM GIPUZKOA | miércoles, 18 de enero de 2012
Mañu de la Puente - Diario Vasco

Es una deportista nata que triunfa en un deporte en el que la mujer no destaca habitualmente. A ella le sobra clase futbolera

Para el firmante ha sido un descubrimiento conocer a esta joven mujer que triunfa en lo que le gusta y que destaca en la élite del fútbol femenino estatal. Después de jugar en el Dunboa y en el Mariño de mi buen amigo Javier, en la actualidad es titular en la Real Socidad. Sandra Ramajo Moreno tiene unos 24 bonitos años, es natural de Irun y ha repartido su edad entre Artía y Belaskoenea. No tiene pareja pero seguro que cuando le llegue, tendrá que ver con el fútbol. Estudió en el instituto 'Pío Baroja' y en la Escuela Administrativa de Plaiaundi. Es auxiliar de enfermería y ha obtenido el grado de monitora deportiva. En verano suele trabajar dando clases de natación en el polideportivo Artaleku y también enseña a jugar a fútbol a los txikis en el campus de la Real. Enseguida (a los ocho años) supo que el fútbol era lo suyo y lleva toda su joven vida progresando. Cuando no le da al balón, le gusta ver cine de pantalla grande, pasar sus ratos con las amigas y con la gente del fútbol. La música es otra de sus aficiones y tiene las ideas muy claras. Es tan resolutiva en sus actitudes vitales como en las deportivas.

-¿De dónde te viene el nombre?


-Fue cosa de mis aitaxos, Jesús Mari y Marí Carmen, sin más connotaciones familiares. Les gustaba.

-Tienes 24 años, una edad que seguro que te está dando de sí, ¿no?

-Es una bonita edad. Lógicamente, me considero joven y tengo muchas ganas de seguir aprendiendo de la vida.

-Irundarra, irundarra...

-Nací en Artía, donde viví hasta los nueve años. Me pasaba todo el día en la calle, con los amigos, jugando a fútbol. Luego nos fuímos a Belaskoenea. Fue un cambio y, en principio, me costó adaptarme, pero tampoco demasiado. Ya sabes, das unas vueltas y empiezas a conocer nuevos amigos.

-Es entonces cuándo empiezas a darle al balón.

-Con ocho años, empecé en Txingudi Ikastola. Competíamos a nivel escolar y éramos un buen grupo. Coincidí, entre otras, con Nahikari Antón y Saioa Oyarzun, que, como yo siguen en el fútbol.

-Y cómo te dió por este deporte.

-Entre lo que recuerdo y lo que me dicen, con tres años ya estaba con la pelota en la mano. Además, me fijaba mucho en mi hermana mayor (Ovanya), que también le daba y que luego fue jugadora del Mariño. Como suele ocurrir, los hermanos mayores te marcan y te tiran hacia lo suyo.

-Tus aitas no le darían también al fútbol, ¿no?

-El aita sí que jugó, pero creo que no pasó de interbares. A la ama no le gustaba, pero al ver jugar a sus hijas se entregó a tope. No se pierden ni un partido y son mis mejores fans y siempre han estado muy orgullosos de nosotras.

-Vamos con tus inicios.

-Estuve en el Dumboa desde los doce años hasta los quince años. Era en categoría territorial y cuando salió el Mariño, que lo hizo en la nacional -una categoría más- decidí dar el salto. Fue una apuesta acertada y mereció la pena.

-Como que va y te ficha la Real...

-Pues fíjate. Tuve una buena progresión en el Mariño y me llamaron para la selección vasca, donde he jugado innumerables partidos en las categorías sub-17 y sub-25. También llegué a entrenar con la selección española y jugué un amistoso contra Chile. Hace cuatro años que estoy en la Real, en la máxima categoría estatal. El día que me ficharon fue la bomba.

-¿De qué juegas?

-Empecé como lateral izquierdo y ahora juego por la derecha. Pero bueno, soy un comodín de la defensa, que también me ha tocado de central.

-¿Eres agresiva?

-Sí, pero debería serlo un pelín más. Juego con mucha intensidad y no me falta técnica.

-¿Siempre has sido titular?

-El primer año me costó y chupé banquillo. Pero es normal, al principio y con el cambio de club y categoría, las cosas no son fáciles. ¿Que cómo sienta el banquillo? La suplencia quema y puede perjudicarte psicológicamente, pero yo nunca me he rendido fácilmente.

-Pero te has ganado el puesto.

-Pues sí. Como te decía soy muy competitiva, tanto en mi vida personal como en la deportiva.

-¿Y qué tal en Zubieta?

-Muy contenta. Tenemos unas instalaciones geniales y, con el Athletic, somos el único equipo que juega sobre hierba natural.

-¿Tú entrenador?

-Después de Javi Garmendia, ahora estoy con José Manuel Etxabe. Sabe de fútbol, sabe lo que hace y transmite bien, lleva bien el grupo.

-Háblame de tus compañeras.

-Nos llevamos muy bien y esa es una más que importante base para que todo funcione. El compañerismo es lo más grande que tenemos en este club.

-¿Sigues estudiando, no? ¿Cómo lo vamos conciliando?

-Estoy preparándome para la OPE y la verdad es que cuesta conciliar estudios y entrenamientos. Pero no lo llevo mal, en base a dormir alguna que otra hora menos. Eso es un mal -o un bien- común en el equipo, es lo que toca.

-No me digas cuánto, pero dime si cobras por jugar.

-Desde el 1 de este mes, tenemos contrato y esta situación no se repite en muchos equipos. Estoy contenta porque me pagan y cotizan por lo que me gusta hacer. ¡Hombre!, tampoco estamos cerca de lo que cobran los chicos.

-¿Aspiras a jugar más arriba, en el Madrid o en el Barça?

-Mira, yo soy realista y estoy donde quiero estar. Además, muy a gusto, que siempre que hay partido en Anoeta y puedo, soy la primera que se apunta.

-También serás un pelín txuribeltz ¿no? 

 -Claro, soy de Irun. Cuando estaba en el Dumboa, no había equipo femenino en el Real Unión. Luego sí, y habría jugado encantada, pero el Mariño se adelantó. Lo txuribeltz lo llevo dentro. El ascenso a Segunda A fue lo mejor para el club y para Irun. También te digo...

-¿Sí...?

-Que pienso que el fútbol femenino de Irun debería unificarse para crear un solo equipo, un equipo que sería mucho más potente.