Lagunak: Un salto de párrafo
La derrota frente al Barcelona condenó a Lagunak al descenso tras cinco años consecutivos en la elite El destino se salió con la suya. El golpe con el que venía amenazando prácticamente desde verano no quiso esperar y, en su primera oportunidad, envió a Lagunak a Segunda. Es el adiós a uno de los últimos románticos, si cabe hablar en estos términos en un deporte en el que solo unas contadísimas privilegiadas pueden permitirse la dedicación exclusiva. Pero dentro del amateurismo que impera en el fútbol femenino -en términos exclusivamente económicos-, Lagunak se lleva la palma, con un presupuesto tan ajustado -más aún esta temporada- que ni siquiera puede abonar el kilometraje a sus jugadoras. Por no hablar de los desplazamientos nocturnos para ahorrar en hoteles. La historia del club y un lugar en la elite del balompié son las únicas bazas con las que puede pujar el equipo de Barañain. No es poca cosa, pero en muchos casos no ha sido suficiente para convencer a jugadoras que han optado por equipos con más posibles, económicos o deportivos, o incluso por una camiseta más vistosa, aunque eso signifique militar en una categoría menor. A lo que hay que añadir las dificultades que entraña, mayores con el paso de los años, la conciliación entre el fútbol y los estudios, el trabajo o la familia. En una Liga en la que el nivel va -aunque despacio- aumentando cada año a nivel deportivo, económico y estructural, a la que los grandes clubes con equipos masculinos empiezan a prestar más atención, en la que incluso se refuerzan plantillas con futbolistas venidas de diferentes puntos del planeta, a Lagunak le ha correspondido el papel de cenicienta, más acusado cada temporada, un rol que las navarras han intentado defender con toda dignidad. Con el orgullo del humilde. De poco ha servido esta temporada. La exportación de talentos -Ainhoa Tirapu, Amaia Mendioroz, Erika Vázquez, Uxue Astiz...- ha sido continua y numerosa, pero la cantera navarra tienes sus límites. Ya la pasada temporada sufrieron las amarillas, tras un considerable relevo generacional, para mantener la categoría, objetivo que no lograron hasta la última jornada. El rejuvenecimiento del equipo ha sido aún mayor este año y se ha convertido, probablemente, en la principal causa del descenso. Con una plantilla repleta de jugadores muy jóvenes y sin apenas experiencia en la categoría, Lagunak ha necesitado muchos meses para poder empezar a situarse. De hecho, con 24 jornadas disputadas, ni siquiera ha podido celebrar una victoria, uno de los objetivos para esta recta final del campeonato. Tres décadas El descenso cierra una etapa de cinco temporadas consecutivas en la elite del balompié, aunque el equipo de Barañain ya había militado con anterioridad en la máxima categoría. Fundado hace tres décadas, Lagunak comenzó a competir bajo el auspicio de la Federación de Gipuzkoa. Creció el fútbol en todo el territorio y también lo hizo el equipo navarro, que no tardó en codearse con los rivales más destacados del Estado. En 1998 alcanzaba el subcampeonato de Copa y una temporada después era también subcampeón de la Supercopa. En 2003 lograba el ascenso a la Superliga, en la que permaneció tres temporadas. Regresó en 2008. Una experiencia que las navarras esperan repetir ahora para que este descenso no signifique más que un salto de párrafo en la historia del equipo. Más noticias del: miércoles, 13 de marzo de 2013
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